Foto: AS Colombia.
Fue una noche fría en el Estadio Atanasio Girardot, pero el calor del partido apaciguó el ambiente. Atlético Nacional se enfrentaba al Junior de Barranquilla para disputar el juego válido por la tercera fecha de los cuadrangulares de la Liga Aguila 2019-II.
Los primeros minutos del compromiso fueron propios del conjunto barranquillero. Los dirigidos por Julio Avelino Comesaña aprovecharon lo mal posicionados que se ubicaban los jugadores verdolagas, lo que ocasionó fuertes aproximaciones al arco que defiende el cesarense, José Fernando Cuadrado.
Los rojiblancos supieron aprovechar las falencias del equipo local, lo imprecisos que se encontraban los defensores del cuadro verde fue fundamental para que los volantes del conjunto visitante aprovecharan estas equivocaciones para armar un buen bloque ofensivo y presionar mediante efectivas transiciones en conjunto.
¡Intenso partido! Estas han sido dos palabras que resumen lo significativo y parejos que han sido los últimos duelos entre estos grandes equipos de nuestro país, Atlético Nacional y Junior de Barranquilla. Cada club, acompañado de grandes referentes y resguardados de una incondicional hinchada, se han convertido en un símbolo del Fútbol Profesional Colombiano.
Ambos equipos sabían las grandes expectativas que tenían los hinchas y el público en general sobre este importante duelo que siempre reúne a miles de espectadores y amantes del buen fútbol, por lo que los jugadores, cada uno con la función que cumple, se encargaron de cumplir la cuota futbolística exigida, pero claro, unos la cumplieron mejor que otros.
Una de las figuras del compromiso fue el arquero Sebastián Viera, quien en cada uno de los 461 partidos que ha disputado con Junior, se ha encargado de ahogarle el grito de gol a miles de hinchas del equipo rival, y, claramente, a un rival como Atlético Nacional, no iba a ser la excepción. Este uruguayo de 36 años se ha convertido en un referente y titular indiscutible con el equipo barranquillero debido a su seguridad al momento de defender el arco del conjunto de la Puerta de Oro de Colombia.
Faltas, goles y emociones. Eso y un poco más se sintió en el coloso de la 74.
Junior comenzó imponiéndose a los minutos 19 y 49, dos golazos, cada gol con su estilo, con su magia, hizo que las caras de los hinchas de Atlético Nacional se tornaran confundidas, ansiosas y cabizbajas.
La primera anotación de Junior fue un gol, que, como dicen popularmente, se disfruta más la asistencia que el resultado. Esto se debe a una magistral pared creada y posteriormente organizada que le brindó el pase a Marlon Piedrahita, quien no desaprovechó la oportunidad y abrió el marcador.
Y si vamos a hablar de obras de arte, no es necesario trasladarse 8645 kilómetros hasta el Museo del Louvre. Simplemente veamos goles de Victor Cantillo. Cual Monalisa, cual Noche Estrellada, cual Última Cena, el gol de Cantillo, es digno de enmarcar. Un gol a unos cuantos metros de distancia, que mientras la pelota recorría un largo trayecto, los hinchas del tiburón, en Barranquilla, no podían creer el golazo que estaban a punto de cantar.
Dicen que en el fútbol como en la vida las soluciones se encuentran en el banco. Y aunque es una afirmación discutible, hoy Juan Carlos Osorio tuvo que recurrir a esta, en el término futbolístico.
Osorio es un técnico terco, odioso, tedioso, dudoso. Puede ser de todo, pero para nadie es un secreto sus amplios conocimientos sobre este bello deporte, y aunque en algunas ocasiones los planteamientos salen mal, toca recurrir al banco, donde se encuentran las respuestas.
Y en este partido, las respuestas fueron los goles, los pases, la magia y las precisiones.
Comenzado el segundo tiempo y al minuto 60, ingresaron al terreno de juego Daniel Muñoz y Vladimir Hernandez respectivamente, quienes partido a partido con su talento y amor a la camiseta se han ganado el corazón de la exigente hinchada verdolaga.
Estos dos jugadores, pese a que cumplen diferentes funciones, son deportistas que están bajo el mando de ¨Mr. Osorio¨, por lo que deben ser polifuncionales y aportar un granito de arena tanto en zona ofensiva, como defensiva. Y lastimosamente para Nacional, esta segunda zona se ha visto afectada en los últimos compromisos debido al bajo rendimiento al momento de marcar a los rivales y sostener el juego desde las bandas.
Daniel Muñoz, entró, marcó y gustó. El joven antioqueño al minuto 58 fue el encargado de anotar el tercer gol de la noche, el primero para Nacional. Su ingreso a la cancha fue determinante para llevar a Nacional a la profundidad en ataque. Tuvo una importante participación en el sector derecho y con este gol marcado, acumula tres anotaciones en dos partidos y 7 en su registro personal desde que llegó al verde, consolidándose como el goleador del equipo paisa en la presente temporada.
Y cuando se regresa de una lesión, siempre está el nerviosismo, la expectativa y el deseo por mantener el nivel que se tenía cuando esta se produjo. Por fortuna del equipo local, Vladimir Hernandez regresó de una lesión que lo alejó durante 44 días de toda competencia, con su nivel intacto, y para proclamar su regreso, este araucano de 30 años, fue el encargo de igualar el partido, anotándole al minuto 80 un agónico gol a su ex equipo, Junior, donde militó durante 8 años.
El partido terminó con un Nacional presionando, atacando, pero no definiendo. El verde recuperó un importante punto que lo mantiene con vida en estos cuadrangulares, y la cara de los hinchas cambió un poco a comparación de como la tenían cuando el equipo iba perdiendo. Sin embargo, no se puede ser conformista, no se puede quedar contento con un empate, ni con una goleada, cuando el equipo no cumple con las expectativas.
El grupo A de los cuadrangulares sigue con vida. Verdolagas, Tiburones, Motilones y Pijaos sueñan con llegar a la gran final de la Liga Aguila 2019 clausura y poder darle el mejor regalo de navidad a sus hinchas: la anhelada y deseada estrella.