El arquero costarricense Keylor Navas, hoy una de las indiscutidas figuras del Real Madrid, fue rechazado por el F.C. Barcelona en la primavera del año anterior, debido a que en ese entonces Zubizarreta acordó con Luis Enrique el fichaje del chileno Claudio Bravo en lugar de Navas.
Pese a los buenos informes que tenía el Barca sobre el golero tico, el Barcelona se inclinó por pagar 12 millones de euros, alrededor de 13 millones de dólares, por Claudio Bravo a la Real Sociedad que 5 millones, unos 5.5 millones de dólares, al Levante por Navas, aunque el chileno se perfilaba como suplente de Ter Stergen.
Sin embargo, el fallido idilio entre Barca y Navas no viene desde el año anterior si no de más atrás, pues en 2010 cuando el costarricense llegó a España para actuar en segunda división con el Albacete, comenzaron a llegar comentarios al Camp Nou. “Es ágil, rápido de reflejos, atrevido y sabe mandar” aseguraron por aquel entonces dos visores distintos del conjunto azulgrana que vieron a Navas e directo, en cuatro partidos (dos de local y dos de visitante).
Tras ser suplente del urugayo Munuá una temporada en el Levante, Keylor recuperó el interés de varios equipos grandes de Europa rápidamente, hasta tal punto que, además de Barcelona, Real Madrid e incluso el Atlético, estuvieron siguiéndole la pista Bayern Munich, Chelsea y otros equipos con menor poder económico como el Fulham, el Sevilla o la Roma.
Finalmente en las vacaciones del verano de 2014, luego de su destacada actuación en el Mundial de Brasil, donde su selección llegó hasta cuartos de final, Navas apareció más firmemente en el panorama del Real Madrid, que con 10 millones de euros (unos 11 millones de dólares) en la mesa, acabó por fichar a un arquero que fue menospreciado, en dos ocasiones, por el Barcelona.