La hinchada de Medellín, abandonó en las buenas

Por Daniel Henao Giraldo

La hinchada de Deportivo Independiente Medellín, a lo largo de la historia, se ha ufanado de ser la más fiel del país, siguiendo a su equipo en las malas y las buenas, sin importar los resultados ni los títulos que consigan otros.

El aficionado rojo a lo largo de la historia ha soportado burlas y tropiezos, pero siempre se hizo presente llueva truene o relampaguee, pero los últimos años se mal acostumbró; todo esto gracias al plan de abonos de muy bajo costo, llamado todos en uno que instauró la actual dirigencia para “llenar” el Atanasio cada que juegue el poderoso.

Una idea maravillosa que funciona a la perfección; en los partidos con Patriotas, Equidad y Tigres, debido a que es en esos compromisos en donde algunas veces se dan obsequios y donde los hinchas desbordados concurren al Atanasio a abarrotar las tribunas, por un suvenir que se llevan a casa, que es más publicidad que algo relacionado con el equipo.

Me pregunto yo, ¿por qué cuando Medellín jugó su partido internacional más importante de los últimos 10 años, en los cuartos de final de la Copa Sudamericana ante Cerro Porteño, no se vieron las 40 mil almas que van contra Tigres por una bandera?

O en la pasada Copa Libertadores, donde no se vieron abarrotadas las tribunas, en el compromiso contra Emelec donde el rojo si triunfaba avanzaba a octavos de final del torneo más importante de América, cosa que no logra hace 12 años.

O el más reciente, contra Cali, una semifinal de un torneo, en donde el morbo que invade este partido es más grande por lo extra futbolístico (no apoyo la violencia barrista, pero es un morbo que atrae gente y bien que más el estadio es una caldera, futbolísticamente hablando), que para avanzar a una final solo fueron doce mil personas.

Para mi hay dos conclusiones; la primera, les interesa más una bandera o una comiste llena de letreros, que dos días después está llena de polvo o a la siguiente campaña ya es el trapo de la moto, o la segunda, que simplote la hinchada de Medellín no es la más fiel de país y se cae el mito y el orgullo del que tanto se jactan los hinchas poderosos. No me atrevo a decir que la hinchada no sabe de fútbol, porque cada cual escoge sus partidos, hay a quienes parezca más atractivo un Medellín vs Tigres, sábado 8 de la noche, que un Medellín vs Cerro porteño por cuartos de final de Copa Sudamericana, son percepciones.

Pero de lo que si estoy seguro es que la gente de Medellín se mal acostumbró y lo que dice uno de los trapos de los únicos que entienden esto de seguir siempre al equipo, la Rexixtenxia Norte, “yo vengo por el sentimiento”, debería cambiarse a “yo vengo por el regalo”.

Somos Futboleros

Administrador de Somos Futboleros, la voz del periodismo joven.

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